De las primeras casas
El Rancho de Piani
El largo camino de esta casita fundacional.
En el año anterior a la fundación de la Villa, un vecino español, Don Francisco López de los Ríos, obtiene de las autoridades virreinales locales, la concesión de un predio en la zona sur del futuro poblado, donde más tarde se levantará dicha casita.
Los López tendrán una presencia significativa desde el primer momento y la familia se irá extendiendo en el tiempo, para constituir una prestigiosa prole.
Sin muchos títulos que respaldaren dicha propiedad, recién la familia obtendrá el reconocimiento oficial de la misma por parte del Gobernador Gaspar de Vigodet, en las postrimerías del dominio español en estas tierras, en 1810.
En 1852 finalizada la Guerra Grande, pasa a un pariente, Bonifacio López, en escritura que autorizó el Alcalde Ordinario Juan Fco. Pagola, quien a su vez lo vende a Tiburcio Machado en 1861, junto a otros terrenos de quinta.
La Villa va adquiriendo mayor movimiento y su población crece en forma lenta pero constante; por entonces la propiedad es adquirida por Vicente Piñeiro, fuerte propietario con otras fincas de la zona en su poder, el cual la mantiene hasta el año 1869 cuando la compra doña Crispina Velázquez; la misma habita la casita por más de cincuenta años hasta su muerte en 1924. Señora esta soltera y sin hijos, cede los derechos de dicho padrón a Antonio Jordán vecino del Sarandí del Consejo, quien la posee durante algunos años alquilándola a diversos vecinos. Luego es adquirida por los esposos Piani- Pedraja, quienes se instalan con Almacén. Por estos tiempos se le agregan algunos otros espacios habitables, y a la muerte de ellos la casita va sufriendo los esperados deterioros de los años, mientras la habitaban inquilinos y ocupantes.
230 años después, la vieja casita de pobladores encuentra en la iniciativa de la Municipalidad, nuevos motivos para seguir en pie, observando el devenir cotidiano de los rochenses.