Investigación: Néstor Sabatino

Eran los tiempos donde existía la costumbre de usar nombres de “valores” o expresiones que la sociedad “veía” como supremos, para denominar o identificar de manera mas o menos oficial a las calles, plazas y demás espacios públicos, o locales comerciales particulares.-

Aparecian así, nombres como “Armonía”, “Porvenir”, “Libertad”, “Progreso”, “Independencia”, “La Paz”, “Del Pueblo”.

La publicidad de los diarios de la época nos mostraban ejemplos como estos:

Panadería “de La Igualdad”, Peluquería “del Esmero” o “de La Lealtad”, Sastrería del Universo”, Almacén “del Orden”, Tienda “La Justicia”, Hojalatería del Amor”(!), etc, etc.-

De esta forma, surge desde tiempos muy antiguos este espacio urbano destinado desde siempre a plaza, que, apareciendo ya en el viejo plano de Pedro Douguet de la década de 1870, se denominó Plaza “Progreso”.

Ubicada en la zona Este de la ciudad, era por entonces, un espacio particularmente despoblado a pesar de estar a escasas cuadras del centro de la misma.

No mucho era lo que podía aportar la administración de la época, a desarrollar, equipar y mantener esta plaza; apenas plantar allí algunas especies de árboles y simplemente establecer en su perímetro un tosco alambrado protector. Esto último destinado expresamente a reservar un predio vacío, del pastoreo habitual de vacas, caballos y hasta bueyes a que lo sometían los vecinos.-

Múltiples denuncias frente a autoridades municipales y policiales, dan muestra en respectivos expedientes, de episodios relacionados con este asunto.-

Su modesto alhajamiento provenía, inexorablemente, de lo que sobraba de la Plaza “del centro”: un banco que allí, habian entrado en desuso; algunas plantas o árboles que eran sustituídas por otros; más adelante, columnas de alumbrado que ya no tenían razón de ser en el paseo principal de los rochenses, iban a parar a la Plaza Progreso.

En una zona de escasa población y tránsito, los alrededores de la plaza fueron poco significativos desde el punto de vista comercial, aunque varios locales probaron suerte en su contorno. Algún almacén, una fonda, una hojalalatería, y poco más.

Sin embargo, cabe destacar que en una finca de la calle Florida (hoy Flor. Sanchez), frente a la Plaza, se estableció por primera vez en la ciudad de Rocha, un Comedor Público, administrado por una Comisión de Damas Católicas en 1890.-

En ese panorama de semiabandono e irrelevancia, transcurre ese último cuarto del siglo XIX para la Plaza Progreso.-

Posiblemente, el primer acto social de destaque que tuvo lugar en la Plaza en cuestión, de que tengámos noticias, se produjo el 3 de enero de 1901, cuando, en la cúspide de su prestigio intelectual y social, llega a Rocha el Dr. Juan Zorrilla de San Martín.

Fue el plato fuerte de las ceremonias con las cuales la población de Rocha, tenía la intención de festejar por lo grande la llegada de un nuevo siglo.

Decía la prensa local de entonces ( sobre todo la de origen católico), que “llegó en el vapor “Tabaré” (en curiosa coincidencia), “….siendo recibido en la ciudad en la Plaza Progreso por un centenar de hombres y más de cincuenta mujeres”. Agregando que “…. Zorrilla habló y lo hizo extensamente con la elocuencia que lo caracteriza”.

El siglo XX entonces, comenzaba con nuevos aires para la antigua Plaza.-

No muchos años después la Municipalidad, comienza a tener presencia en la zona a través de la ocupación de los vastos predios baldíos circundantes de propiedad comunal.-

En primer lugar con el establecimiento de los llamados “Talleres y Depósitos Municipales”, en el ángulo nord-este de la Plaza, (los cuales todavía permanecen allí).

En segundo lugar con la inciativa de colocar algunos juegos y aparatos de gimnasia, en el mismo sector de la Plaza. (hamacas, barras, pasamanos, etc.).

Permanecieron allí unos años, hasta que se decide habilitar para dicho esparcimiento el predio denominado “El Tennis”.-

Debido a esto, no pocas generaciones se habituaron a llamar a esta Plaza “Plaza de Deportes”, o en un lenguaje aún más popular “la plaza e' porte”.-

Debemos inquirir, entonces que muchos de esos vecinos - y otros - no se habían enterado que unos años antes, (1913) en ocasión de celebrarse el centenario de los hechos históricos de 1813, el citado paseo público habia sido rebautizado oficialmente, como “Plaza Congreso de 1813”, nombre largo que no todos estaban en condiciones de recordar ni menos de pronunciar.-

Al comienzo del verano de 1923, el Ingeniero José Serrato, 2do. Presidente de la República en visitar esta ciudad, en ejercicio de su cargo y en visita oficial, pone la piedra fundamental de la llamada por entonces “Escuela Industrial”, utilizando para ello la donación por parte de la Municipalidad, de toda una manzana adyacente a la Plaza Congreso.-

Casi 20 años después,(1942) la Plaza se convertirá en el escenario casi natural de la actividad estudiantil , cuando el Liceo Departamental se mude del centro de la ciudad a estos predios – algo alejados para la época - inaugurando un regio edificio en amplio espacio.

Con la concreción pocos años después de la “Plaza de Deportes”, a los fondos del gran predio del Liceo, la Plaza Congreso será el espacio público dominante, donde estudiantes permanecen en sus ratos libres, disfrutando de la sombra de sus árboles y de las comodidades de bancos y estructuras recoletas y enjardinadas. Mientras que los habitantes de la zona Este de la ciudad la usarán como la acostumbrada cortada en diagonal para llegar con mayor facilidad al centro.-

unos recuerdos deportivos: en sus bancos, tuvo su origen, de la mano y del entusiasmo de algunos jóvenes rochenses “habitues” a los mismos, el famoso cuadro de fútbol “Plaza Congreso”. El “comehigos”de larga fama, a quien sus hinchas y seguidores denominaban sencillamente: “La Plaza”.-

Sí, así como suena, con ese insólito artículo femenino: “La Plaza”.-

Siguiendo con el deporte, sería mucho pedir que en la actualidad alguien se acordara de otro club surgido en el mismo lugar: el “Boca Juniors”, aparecido sobre los años 1938/39, con el impulso de los hermanos Silvera Sena, en el bucólico y bohemio escenario de la Provisión y Bar “La Bomba” del “Cabezón” Feola ( calle Lavalleja, frente a la Plaza).-

Sobre la misma calle, quedan las historias de carnaval con el legendario tablado que se levantaba en la plaza todos los años. Para ello tenía el contrapunto imprescindible, del famoso “Bar Plaza”, que durante estas festividades permanecia abierto día y noche, enfrente, en el mismo local donde otrora funcionara el comercio de Feola.-

En sus vidrieras se disputaban un lugar prendidos de palillos de ropa, un conjunto de publicaciones sin sentido ni orden alguno: una revista Life, deslumbrándonos con sus espectaculares fotografias, alguna Selecciones del Reader Digest , la infaltables novelitas de Marcial Lafuente Estefania. Infaltables por supuesto, todo lo de Cowboys, álbumes de figuritas , desolados libros en ediciones de bolsillo impresos en rústico papel, cigarros “sueltos”, y muy poca cosa más.- Y por supuesto el Flaco, leyendo y leyendo; único entretenimiento de la época.-

El bullicio habitual de esa ala de la Plaza, apenas era emulado por la presencia casi silenciosa en la otra punta del taxi de Don Zoilo Fernández. Mientras que las otras permanecian, solitarias de día y oscuras de noche.-

Temdrá lugar más adelante el impulso de la llamada “Comisión Kennedy”, encabezada por los siempre recordados vecinos Rosalio Machado y Marcelino Acosta.

De fuerte impronta patriótica, llevaron a feliz término una campaña popular para lograr los recursos que harían posible el levantamiento del “Monumento a la Madre”. Desde el año ……..

luce allí, en el centro de la plaza.-

El viejo paseo de los rochenses, seguirá entonces “viendo pasar el mundo”, y recibiendo esporádicos acicaleos que la hagan atractiva. Más valorada en verano, donde los paseantes ven en ella una mancha verde de frescura, los habitantes de esta ciudad se acostumbraron definitivamente a nombrarla como: la Plaza Congreso,….a secas.-